Llora para que sigamos viendo
La mirada limpia que hubo entre nosotros
La mirada que traiciona vidas hechas,
la que apura cruces de caminos
que vendrán tras los recuerdos,
tras los intempestivos refugios
de la memoria.
Y no intentes convencerme
que después del silencio
habrá voces.
El erotismo nunca vino escrito en nuestros cuerpos
sino en como supe ganarle
a tu corazón, los espacios.
Y quizás te hice el amor
en las sábanas del pensamiento.
Y esta poesía de abandono
atrinchera sentimientos de tristeza
equivocada, pues lucho por perderte
y nunca gano.
Todavía me duelen las promesas
que nunca nos hicimos.
Será porque mudanzas no apagan desalientos.
Atrévete a cerrar las cicatrices
que te lleven a miradores infinitos
y a dejar caer esa lágrima
menos afligida en tus ojos.
En aquellos ojos que infringían
las leyes en las que nunca creímos.
Carles Sanchís.
No hay comentarios:
Publicar un comentario