En estos días de vuelta al pasado, tan empeñados en rescatar valores ya dejados atrás, como la esclavitud o la servidumbre al amo (empresario en este caso), se producen similitudes con las épocas a que estos valores corresponden. Épocas ya, por fortuna, dejadas atrás, o no tanto.
Nostálgica o estúpida, la sociedad de hoy en día se propone recuperar costumbres o errores de épocas anteriores, véase aquel lejano oeste en unos jóvenes Estados Unidos recién formados como estado moderno. Encontramos, así, una analogía con ese forajido del Wild West que atracaba a punta de pistola exigiendo tu elección entre la bolsa o la vida, sabiendo además, que la no entrega de la bolsa supondrá, consecuentemente, la de tu vida, dejando tu dinero libre a manos del mismo forajido. Aquel Billy el Niño de 1880 hoy monta a lomos de un Ferrari, compra al sheriff del condado si le pillan y atraca a punta de clausula de suelo de hipoteca.
Se ve; gracias a la ya calificada nostálgica o estúpida sociedad, este fenómeno hoy en día más presente que nunca desde el siglo XIX, aunque con cierto desorden en los factores que, como vemos, no altera mucho el producto.
Sufrimos, entonces, el hecho de que el forajido o sistema capitalista en cuestión te atraque pidiendo la elección, de nuevo, entre la bolsa y la vida, sabiendo que la no entrega de tu vida, en este caso en forma de trabajo esclavizador, supondrá la de tu dinero y sin dinero nadie vive, así que ya sabemos lo que pasa.
¿Cuál es el fallo cuando es la opinión popular la que pide a golpe de voto y conformismo la vuelta de semejantes valores? ¿Qué habré de elegir dentro de un par de años cuando se me acabe la protección que me brinda esta vida de estudiante y tenga que salir ahí fuera al acecho de los forajidos? ¿Por qué no construir entre todos una alternativa que no suponga perder al final la libertad, que eso es la vida, para conservar una bolsa que de poco valdrá entonces?
Ante tal pasividad del resto, solo quedará buscar alguna forma de despistar al feo y al malo y colarles mi vida de todo a cien chino de la esquina a precio del mejor licor triple equis de saloon con pelea y puertas reversibles incluidas y que me dejen una buena bolsa que me permita, al menos, pujar por otra en la subasta un poco más cerca de ti.
1 comentario:
"Ante tal pasividad del resto, solo quedará buscar alguna forma de despistar al feo y al malo y colarles mi vida de todo a cien chino de la esquina a precio del mejor licor triple equis de saloon con pelea y puertas reversibles incluidas y que me dejen una buena bolsa que me permita, al menos, pujar por otra en la subasta un poco más cerca de ti."
Qué buena !!!
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