lunes, 30 de diciembre de 2013

En esta época


En esta época de comidas familiares y de gente sin familia nos rodeamos de tantas personas que se nota más tu ausencia, hace tanto frío como siempre y tu calle no ha vuelto a ser la misma.

En esta época de comprar todo y tantas cosas que no se pueden comprar la luz vale más que antes, el tiempo menos que nunca y yo sigo sin tener valor, o sin valer, para decirte lo que me cuestas este enero.

En esta época de lluvia y pasar días en casa y de muchos sin casa la mía me gusta menos cada día desde que un día probé a vivir un rato en tus ojos.

En esta época de sentar bases de recuperaciones perdidas de antemano y de perder todo por el miedo y de no encontrarnos ni a nosotros mismos, como para encontrarte a ti.


En esta época de nuevos propósitos y viejos fantasmas, de cambios, de que siga todo igual que antes, te echo de menos como nunca, como siempre.



domingo, 29 de septiembre de 2013

Conducción

Me dan miedo los lunes por la mañana y el café sin cigarro, sólo, aunque con leche.

Me dan miedo las avenidas anchas, de más de dos carriles, las prisas sin saludo, el metro, tan pocas personas, solo gente.

Me da miedo este ir y venir de las palabras cuando no sirven de nada, el titubeo constante y como decirte que te quiero en veinte líneas.

Me da miedo escribir amor con cuatro letras, por si cometo faltas de ortografía, que creo recordar que tu nombre tiene alguna más.

Me dan miedo las ocho horas, las mesas con pantalla, los trajes, las reuniones y las voces en off: “pasajeros del tren destino a sus deseos, este ha efectuado su salida hace ya mucho y ya no vuelve”

Me dan miedo las distancias insalvables que se miden en aviones, o en años, el “qué hubiera pasado si” y el “¿por qué no?” cuando es que no.

Me da miedo verte en quince años de la mano del arraigo, las campanas de tu boda, el por los viejos tiempos, el viva los novios.


Me da miedo poder no acabar este poema, lo que callo, lo que escribo, que lo leas, el qué pasaría si lo leyeras, el mejor no sigo, el que te vayas.

miércoles, 21 de agosto de 2013

Personas

A Cristina Cifuentes:


Cristina, cuando da las órdenes, que debe de disfrutar dando, a los batallones de antidisturbios para el servicio y protección ¿del pueblo? bajo su mando, como la de cargar contra, o disolver (sabiendo que será en la mayor parte de los casos de manera violenta) las mareas de manifestantes que día tras día salen a la calle a manifestar su indignación por un país que se va a pique (por culpa de todos, pero más de Bárcenas y los ladrones compinches de su partido), está dando la orden de cargar contra personas.

Cuando ordena a los empleados públicos a sus órdenes “protegernos” con pelotas de goma, está cargando contra estudiantes que el mes que viene probablemente se encuentren en Londres  fregando platos (esto es preocupantemente literal) ante la imposibilidad de, siquiera, sobrevivir en su propio país, en el que tienen ¿los mismos derechos? que usted, y aunque no se lo crea, amigos, familia, personas.

Cuando ordena a los agentes prodisturbios cargar, lo está haciendo contra un padre de familia en paro, sin derecho a prestación por desempleo, que no encuentra forma alguna de dar de comer a su familia ni de que sea posible que su exjefe gané más el año siguiente al anterior cuando ha despedido a la mitad de la plantilla de trabajadores de la empresa, personas.

Cuando ordena cargar a esos miembros de la policía que, aunque a veces cueste creerlo, también son personas, está ordenando cargar contra médicos, enfermeros y demás personal sanitario que, paradójicamente, antes de ayer, le salvaban la vida a la persona causante o, al menos cómplice, de que ellos pierdan ojos, se lleven una brecha a casa o más de un moratón cada vez que piden (fíjese usted que osadía al sistema democrático de que disfrutamos) que no se despida a más compañeros o se recorten sus sueldos; que ellos no tienen la culpa  de que en Andalucía se hayan cobrado comisiones tan cuantiosas como ilegales o de que el hijo de Jordi Puyol tenga cantidades igual de cuantiosas de dinero, también ilegal, en cuentas suizas. Ese personal sanitario también son personas.


Personas que, como usted, también sufren, tienen preocupaciones, algún problema más que usted y podrían sufrir mañana un accidente de moto. Espero que se dé cuenta, después del trato que recibirá en el hospital (seguramente mejor que el que cualquiera de nosotros recibiría en su caso), que las personas no somos tan malas, y se ponga por una vez de nuestro lado y dimita y abandone su partido y pida perdón y…

viernes, 7 de junio de 2013

7 vidas

A veces me gustaría ser gato
y lamerme las heridas
y lamerte a ti las tuyas del pasado
que no merecías
A veces me gustaría ser gato
y rebuscar entre tus dudas,
entre los restos que has dejado
tus mañanas, mis sueños, la cordura.
A veces me gustaría ser gato.
Seguir jugando con aquel ovillo.
Se ha enredado demasiado
Te marchaste y me dejaste aquí este lío.
Pero por lo que más querría ser gato
sería, sin duda, para tener siete vidas,
conocerte en seis de ellas,

y morir juntos en esta.